La misión de este curso es mostrar cómo un diseño simple permite entregar valor de negocio con menos errores, mayor velocidad y mejor calidad, en especial cuando trabajamos con Java en entornos corporativos.
Exploraremos el principio DRY, el principio KISS y el principio YAGNI, un trío de guías que mantienen el software claro, expresivo y sostenible sin sacrificar funcionalidad.
El diseño simple no significa escribir menos líneas de código a cualquier costo, sino construir soluciones que resuelvan la necesidad actual de la forma más directa posible, evitando duplicaciones, pasos innecesarios o decisiones prematuras que compliquen lo que debería ser fácil.
Un diseño es simple cuando cualquier integrante del equipo puede entender qué hace una pieza de código sin necesidad de adivinar sus motivaciones ocultas. Implica clases pequeñas, nombres claros, responsabilidades concretas y dependencias que tienen sentido desde la perspectiva del dominio.
Cada principio destaca un aspecto de la simplicidad, y juntos ofrecen un mapa para navegar decisiones diarias de desarrollo:
Cuando equilibramos estas perspectivas logramos sistemas que evolucionan sin sobresaltos y que facilitan el trabajo cotidiano de quienes los mantienen.
La simplicidad reduce el tiempo requerido para comprender el sistema, acelera los ciclos de entrega y disminuye la probabilidad de introducir defectos al modificar código existente. El resultado es un ritmo de entrega predecible y mantenible, claves para mantener la confianza del negocio.
Además, un diseño simple mejora la calidad del onboarding y reduce la dependencia de integrantes específicos del equipo. La documentación se vuelve más ligera porque el código se explica a sí mismo.
El interés por la simplicidad se aceleró con el auge de las metodologías ágiles y, en particular, con las prácticas de Extreme Programming. Estas propuestas impulsaron la idea de que el diseño debe mantenerse flexible, priorizando cambios frecuentes de bajo costo por encima de grandes planes inmutables.
En ese contexto surgieron DRY, KISS y YAGNI como recordatorios permanentes para contener la complejidad y favorecer decisiones orientadas al valor presente.
Podemos detectar que el diseño se alejó de la simplicidad cuando aparecen estos indicios:
Cuando detectamos cualquiera de estas señales, conviene revisar las implementaciones a la luz de los principios que profundizaremos durante el curso.
Adoptar estos principios requiere disciplina colectiva. Algunas prácticas efectivas son:
Analicemos un caso realista. Un servicio que procesa pedidos terminó concentrando demasiadas responsabilidades:
class PedidoService {
void procesar(Pedido pedido) {
validarPedido(pedido);
aplicarDescuentos(pedido);
double impuestos = calcularImpuestos(pedido);
persistir(pedido, impuestos);
enviarConfirmacionEmail(pedido);
generarReportePdf(pedido);
}
// métodos privados extensos con código duplicado...
}
A primera vista el método `procesar` parece conveniente, pero viola los tres principios: hay duplicaciones ocultas en los métodos privados, la clase aborda funciones que podrían delegarse y el reporte PDF se genera aunque nadie lo consume.
Una versión más simple separa responsabilidades, reutiliza comportamientos y evita funcionalidades que no aportan valor inmediato:
class PedidoProcessor {
private final ValidadorDePedido validador;
private final CalculadoraDePrecios calculadoraDePrecios;
private final PedidoRepository repository;
private final Notificador notificador;
PedidoProcessor(ValidadorDePedido validador,
CalculadoraDePrecios calculadoraDePrecios,
PedidoRepository repository,
Notificador notificador) {
this.validador = validador;
this.calculadoraDePrecios = calculadoraDePrecios;
this.repository = repository;
this.notificador = notificador;
}
void procesar(Pedido pedido) {
validador.validar(pedido);
Totales totales = calculadoraDePrecios.calcular(pedido);
repository.guardar(pedido, totales);
notificador.confirmar(pedido, totales);
}
}
Aquí aplicamos DRY al centralizar la lógica de precios en `CalculadoraDePrecios`, seguimos KISS al mantener el flujo de negocio en cuatro pasos claros y respetamos YAGNI al posponer la generación del reporte hasta que alguien la necesite. El diseño final se vuelve más legible, testeable y fácil de extender.
Un enfoque recomendable es introducir mejoras durante la evolución natural del sistema. Cada vez que toquemos una sección del código, verifiquemos si cumple con los principios. De este modo evitamos grandes refactorizaciones traumáticas y mantenemos el ritmo de entrega.
También es valioso acordar reglas sencillas: documentar en la historia de usuario cuál es el problema concreto, escribir pruebas antes de incorporar comportamientos extra y dividir las tareas complejas en incrementos que podamos revisar rápidamente.
Para sostener la simplicidad conviene monitorear indicadores como la complejidad ciclomática, la cobertura de pruebas y la cantidad de líneas que cambian por entrega. Aunque estos números no son un fin en sí mismos, ayudan a detectar tendencias que podrían comprometer la claridad del diseño.
Complementemos esta información con retroalimentación cualitativa: conversaciones de retrospectiva, sesiones de codificación conjunta y revisiones de arquitectura livianas aseguran que el equipo comparta la misma visión de simplicidad.
En los próximos capítulos profundizaremos en cada principio, veremos cómo detectar código duplicado, definiremos heurísticas para mantener las soluciones sencillas y conoceremos los riesgos de construir funcionalidades que nadie necesita. Cada tema incluirá ejemplos en Java y recomendaciones concretas para poner en práctica en tus proyectos.
Con esta base conceptual estamos listos para explorar por qué la simplicidad es un objetivo clave en el desarrollo de software moderno.