Extreme Programming se sustenta en cinco principios o valores fundamentales que guían el comportamiento del equipo y sus prácticas de desarrollo. Estos principios no son opcionales; son la base sobre la que se construye el éxito de XP. Lejos de ser meras sugerencias, estos valores se refuerzan mutuamente y crean un ciclo virtuoso que potencia la agilidad y la calidad.
La comunicación es el pilar de XP. Se promueve una comunicación cara a cara, fluida y constante entre todos los miembros del equipo, y de manera muy especial, con el cliente. En XP, el cliente no es una figura externa a la que se le reporta de vez en cuando, sino un miembro más del equipo (práctica conocida como "cliente in-situ" o On-site Customer).
Este cliente idealmente se sienta con el equipo de desarrollo, está disponible para resolver dudas al instante, participa en la planificación, escribe las historias de usuario y las pruebas de aceptación, y proporciona feedback de forma continua. Esta comunicación directa y sin intermediarios elimina malentendidos, reduce drásticamente la necesidad de documentación pesada y asegura que el producto que se construye es exactamente el que el cliente necesita y aporta valor de negocio.
La comunicación también es vital entre los desarrolladores. Prácticas como la programación en parejas (Pair Programming) y la propiedad colectiva del código fuerzan una comunicación y colaboración constantes, asegurando que el conocimiento sobre el sistema se distribuya por todo el equipo.
El principio de simplicidad en XP se puede resumir en la frase: "¿Qué es lo más simple que podría funcionar?". Se busca siempre la solución más sencilla, limpia y directa para el problema actual. Este principio combate activamente la tendencia natural de los desarrolladores a la sobreingeniería (crear soluciones más complejas de lo necesario) y a añadir funcionalidades "por si acaso" en el futuro.
La simplicidad se rige por el principio YAGNI ("You Ain't Gonna Need It" - No vas a necesitarlo). No se añade funcionalidad hasta que no es explícitamente necesaria. Un diseño simple es más fácil de entender, de comunicar, de probar y de mantener. Además, un sistema simple es mucho más fácil de modificar en el futuro que uno complejo. XP confía en que es mejor tener un diseño simple hoy y el coraje para refactorizarlo mañana si los requisitos cambian, que intentar predecir el futuro y construir una solución compleja que quizás nunca se necesite.
Por ejemplo, si se necesita ordenar una lista de 10 elementos, una solución simple sería usar el algoritmo de ordenación de la librería estándar. Una solución compleja (y que viola el principio de simplicidad) sería implementar un algoritmo de ordenación propio y altamente optimizado, "por si en el futuro la lista tiene millones de elementos".
La retroalimentación (feedback) es el motor de la mejora y la adaptación en XP. El objetivo es acortar los ciclos de feedback tanto como sea posible para poder corregir el rumbo rápidamente y evitar que los errores se hagan grandes y costosos de arreglar. Se busca feedback a todos los niveles:
El coraje es la actitud que permite al equipo tomar decisiones difíciles pero necesarias para mantener la calidad y la agilidad a largo plazo. En el desarrollo de software, a menudo es más fácil dejar el código "como está" por miedo a romper algo. XP promueve el coraje para actuar:
El respeto es la base de la colaboración y el cimiento sobre el que se construyen los otros cuatro valores. Sin respeto, la comunicación se rompe, el feedback se vuelve destructivo y el coraje se convierte en imprudencia. En un equipo XP, el respeto es multidireccional:
Un ambiente de respeto mutuo es esencial para que la comunicación sea honesta, la simplicidad sea valorada, la retroalimentación sea constructiva y el coraje sea productivo.