Escribir buenas historias de usuario es un arte que se perfecciona con la práctica. No basta con seguir una plantilla; es crucial adoptar una mentalidad centrada en el valor y la colaboración. A continuación, se presentan algunas de las mejores prácticas para asegurar que tus historias de usuario sean claras, efectivas y útiles.
Una historia de usuario debe ser fácil de entender para cualquier persona involucrada en el proyecto, ya sea un desarrollador, un diseñador, un gerente o el propio cliente. Evita la jerga técnica, los acrónimos y las especificaciones complejas. El enfoque debe estar siempre en el problema del usuario y el valor que la solución le aportará.
Mal ejemplo (técnico): "Como usuario, quiero que el sistema implemente un endpoint API RESTful con autenticación JWT para obtener los datos del perfil en formato JSON."
Buen ejemplo (orientado a valor): "Como usuario de la aplicación móvil, quiero ver la información de mi perfil para poder verificar que mis datos son correctos."
Una historia de usuario es el "qué" y el "porqué", no el "cómo". Los detalles de implementación (la tecnología a usar, el nombre de las tablas en la base de datos, los algoritmos específicos) no deben incluirse en la historia. La razón es simple: incluir detalles técnicos limita la creatividad del equipo de desarrollo para encontrar la mejor solución. La historia debe definir el problema, y el equipo debe tener la autonomía para diseñar la solución.
Mal ejemplo (con detalles técnicos): "Como visitante, quiero que al hacer clic en el botón 'Comprar', se llame a la función `addToCart()` de JavaScript, que agregará el producto a una tabla de SQL llamada `Carts`."
Buen ejemplo (sin detalles técnicos): "Como visitante, quiero agregar un producto a mi carrito de compras para poder comprar varios artículos a la vez."
Las historias de usuario no se escriben en solitario. Son una herramienta de colaboración. El Product Owner es el responsable final de las historias, pero debe crearlas y refinarlas en conversación constante con los usuarios, los clientes y el equipo de desarrollo. Este feedback temprano asegura que:
Para lograrlo, se pueden realizar sesiones de "refinamiento de backlog" (o grooming) donde todo el equipo revisa, discute y mejora las historias antes de que lleguen al sprint planning.
El acrónimo INVEST, acuñado por Bill Wake, es una guía excelente para evaluar la calidad de una historia de usuario. Una buena historia debería ser:
Imaginemos una historia de usuario grande (una "epic"):
Como usuario, quiero gestionar mi perfil.
Esta historia no cumple con INVEST: no es pequeña, no es estimable y es difícil de testear de una sola vez. Para mejorarla, la dividimos en historias más pequeñas que sí cumplan con el principio:
Como usuario registrado,
quiero ver la información de mi perfil,
para asegurarme de que mis datos son correctos.
Como usuario registrado,
quiero editar la información de mi perfil,
para poder mantener mis datos actualizados.
Como usuario registrado,
quiero cambiar mi foto de perfil,
para personalizar mi cuenta.
Ahora tenemos tres historias que son:
Aplicar el principio INVEST ayuda a crear un backlog saludable, con historias de usuario que son fáciles de entender, priorizar, estimar y desarrollar.