8. Clasificación general de las metodologías

Las metodologías de desarrollo se agrupan según la forma en que planifican el trabajo y gestionan el cambio. Comprender estas categorías ayuda a escoger el enfoque que mejor se ajusta al contexto del proyecto.

8.1 Metodologías tradicionales o predictivas

Se caracterizan por una planificación exhaustiva al inicio del proyecto y una ejecución secuencial de las fases. Ejemplos clásicos son el modelo Waterfall o el modelo en espiral. Estas metodologías priorizan la documentación formal, el control de cambios mediante comités y la aprobación de entregables antes de avanzar. Son especialmente adecuadas en entornos regulados o cuando los requisitos son estables y bien conocidos.

Sus principales ventajas son la previsibilidad y la facilidad para coordinar proveedores externos; como desventaja, los cambios tardíos suelen resultar costosos.

8.2 Metodologías ágiles o adaptativas

Promueven iteraciones cortas, retrospectivas frecuentes y la entrega continua de valor. El Manifiesto Ágil resume sus principios: colaboración, respuesta al cambio y enfoque en el software funcional. Frameworks como Scrum, Kanban o Extreme Programming permiten ajustar el plan a medida que surgen aprendizajes y cambios en el mercado.

Los enfoques ágiles favorecen el feedback temprano y la innovación, pero requieren equipos comprometidos, clientes involucrados y una cultura que tolere la experimentación.

8.3 Enfoques híbridos

Combinan la previsibilidad de los modelos tradicionales con la adaptabilidad de las prácticas ágiles. Suelen iniciar con un diseño macro y un backlog priorizado, para luego ejecutar iteraciones cortas bajo mecanismos de gobernanza más formales. Iniciativas como SAFe o Disciplined Agile integran planificación a largo plazo con equipos ágiles coordinados.

Los enfoques híbridos resultan valiosos en organizaciones grandes que necesitan sincronizar varios equipos, cumplir auditorías y, al mismo tiempo, reaccionar rápido frente a cambios del entorno.

8.4 Criterios para seleccionar el enfoque

Al escoger una metodología conviene considerar: estabilidad de los requisitos, disponibilidad del cliente, madurez del equipo, regulaciones aplicables y presupuesto. Un cuadro comparativo que evalúe cada criterio ayuda a justificar la decisión ante la dirección o los patrocinadores del proyecto.

8.5 Transiciones y adopción gradual

Muchas organizaciones migran progresivamente. Pueden iniciar con proyectos piloto ágiles mientras mantienen marcos tradicionales en iniciativas críticas. Documentar las lecciones aprendidas y revisar la gobernanza permite extender el nuevo enfoque sin generar fricción.

Las oficinas de proyectos (PMO) modernas actúan como facilitadoras del cambio, armonizando las necesidades de control con la flexibilidad que demandan los equipos de desarrollo.